Cortejos del alma
viernes, 17 de agosto de 2012
La muerte
Mi voz se enreda entre unas cuantas pausas. El aire deja de fluir. Se encienden las antorchas y la llamada apetece a aserrín. No aguardas el canto triunfal. Esperas que se te deje morir. Y mi voz aprende a callar, tú bien sabes qué decir.
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