jueves, 8 de diciembre de 2016

Hace tiempo...

Hace tiempo atrás las fogatas se encendían para llevar calor hacia nuestras manos y sabíamos que era efímero pero no lo mezquinábamos, solíamos compartirlo sin reparo.
Hace tiempo, se quería imitar el vuelo de un pájaro para sentir la brisa golpear a nuestro lado y observar el horizonte desde un lugar más elevado. Ahora, inundamos el cielo de sobras y para variar nos olvidamos de limpiarlo. Limpiar lo que era antes un lugar sagrado.
Hace tiempo, los continentes se encontraban separados y nos comunicábamos por pulsos y milagros; sin embargo ahora las conexiones no superan las distancias del alma y la fe que no comulga a diario.
Cuánto más hemos de recorrer en este camino olvidándonos de que el mundo era nuestro, nuestro, y ahora solo nos pertenece una imitación del ocaso sin color y con razón prestado.