viernes, 9 de diciembre de 2011

Heme aquí...

Heme aquí desarmando el cielo, desplazando nubes, pintando surcos sobre el azul intenso. Estoy donde se crean las sombras, donde se redime al viento, donde son miel las palabras de un amigo profético. Y sentada sobre una torre de cieno, voy destiñendo la vida, para que tú la vivas de nuevo. Voy dejándole al ocaso el sabor crujiente del misterio. Voy siguiendo aquel tinte violeta que colorea lo inmenso. Y en mi ingenua osadía, intento traducir el rumor de los cedros, ahorrar la algarabía de vencer al tiempo, entender que lo cierto muchas veces no es eterno, y confesar en vida que no hay secreto que valga para alcanzar este cielo. 

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