Viajamos por la floresta de nuestros pensamientos y nos asimos al cenit que incita nuestro vuelo. Cada vez más alto, cada vez más lejos. Ahora las nubes nos cuentan sus sueños, porque hace tiempo que les otorgamos los nuestros con favor del viento y del tiempo. No me atrevo a bajar de este cielo, ahora que conmigo tú compartes tus duelos y calmas, porque el suelo puede agenciárselas para convencernos de estar al ras de su reino.Y no contento, se adueñará de nuestros reflejos.
Creo que viajamos por encender un fuego que calienta nuestras manos en invierno, y sigue moldeando la madera de nuestros anhelos. Creo que lo hicimos para entender nuestros más secretos besos. Para delinearlos en el cenit de nuestro vuelo.
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