En el pelo de una dama, un atento caballero hizo crecer una rosa. La mujer sorprendida y emocionada por el dulce gesto dejo caer unas furtivas lágrimas sobre la rosa haciendo que ésta se realizara en hermosura. Los dos estaciados trataron de explicarse el mágico suceso.
Al cabo de unos segundos, tenían incrédulos un maravilloso rosal.
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