Esta noche hay una ilusión que bombardea mis pensamientos, que los interroga con severidad. Y el centinela del horizonte, vigilante del alba, me manda mensajes medicinales como dardos de regaliz para un espíritu inconsolable. Sentado en el faro, ilumina el sendero y me conduce a la alborada.
Es el vigía de los despertares, el conocedor de una ilusión bien cosechada. Es mi compañía en esta noche de esperanza. Es mi consuelo a la distancia.
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