miércoles, 28 de septiembre de 2011

Hoy

Tengo una taza de café sobre mi buró y una libreta entrecerrada para no olvidar alguna fecha importante. Dejo pasar las horas, correrse las cortinas y entrar la fresca brisa matutina. Dejo atrás el claro de luna y la sonata de Beethoven, con todos los arpegios que no llegue a aprender.
Y dentro de mi inconsciencia, por el letargo del sueño, percibo que el ayer acaba de irse y un hoy muy tímido me está esperando. Tomo un sorbo con energía, siento la acidez en los labios y recuerdo qué día es hoy. Es el día en que decidí ser feliz.

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